No permitas que te limiten tus miedos
¿ Qué es el miedo?
El miedo es una respuesta natural, ante alguna situación que consideramos de peligro, está orientada a la supervivencia del individuo, la llevamos grabada en nuestro A D N. Cuando nuestros antepasados tenían que protegerse de los depredadores, las inclemencias del tiempo, de tribus enemigas, también tenía que enfrentarse al miedo. Se puede decir que el miedo es sentimiento nato, destinado a la supervivencia de cualquier especie.
Ante una situación que nos provoque miedo, se verá implicado todas las partes de nuestro organismo, que a través del sistema endocrino verterá al torrente sanguíneo sustancias que lo activarán y a la vez enviarán señales de alerta al cerebro que provocará la respuesta inmediata de ataque o huida, como medida de defensa. (La huida, el ataque o la parálisis)
La trampa de la evitación:
Padecer un ataque de angustia es una sensación muy desagradable, desborda la capacidad de control que tiene la persona de sí misma. Quien ha sufrido episodios semejantes, trata de evitar cualquier cosa o situación que se lo recuerde, de manera obsesiva, compulsiva, incluso pueden llegar a desarrollar fobias que amargan sus vidas convirtiéndolas en una evitación continua.
Sin llegar a extremos tan graves como pueden llegar a ser las fobias, hay muchas personas que tiene dificultades para enfrentarse a emociones de miedo, que sin duda pueden llegar a ser difíciles, pero ellos las perciben como insuperables. Es entonces cuando surge el bloqueo y deciden no enfrentarse al miedo cayendo en el recurso trampa de la evitación. Cuando el miedo ha llegado a estos niveles, es muy difícil que la persona que lo sufre, pueda salir por sí sola, sin la ayuda de un terapeuta de sus limitaciones.
Yo tengo una manera ingenua de escribir el miedo. Lo veo como ese demonio del que nos hablaron cuando éramos niños en la catequesis de las parroquias, no se le ve, ni se le oye, es intangible pero, sin embargo puede invadir todo nuestro ser y llegar a decidir por nosotros. El miedo crece si nosotros sucumbimos a él y nuestras defensas menguan, por eso una vez que hayamos dado un paso atrás en hacerle frente, comienza a ganarnos terreno. es como si fuera un ENTE inteligente que nos conociera a la perfección. Sin embargo, si desde la primera ocasión de pánico que suframos, nos mantenemos firmes, el miedo dará un paso atrás y nuestras defensas emocionales, habrás ganado la batalla y quedarás fortalecidas para otro momento que sintamos miedo.
Ante una situación que nos provoque miedo, se verá implicado todas las partes de nuestro organismo, que a través del sistema endocrino verterá al torrente sanguíneo sustancias que lo activarán y a la vez enviarán señales de alerta al cerebro que provocará la respuesta inmediata de ataque o huida, como medida de defensa. (La huida, el ataque o la parálisis)
La trampa de la evitación:
Padecer un ataque de angustia es una sensación muy desagradable, desborda la capacidad de control que tiene la persona de sí misma. Quien ha sufrido episodios semejantes, trata de evitar cualquier cosa o situación que se lo recuerde, de manera obsesiva, compulsiva, incluso pueden llegar a desarrollar fobias que amargan sus vidas convirtiéndolas en una evitación continua.
Sin llegar a extremos tan graves como pueden llegar a ser las fobias, hay muchas personas que tiene dificultades para enfrentarse a emociones de miedo, que sin duda pueden llegar a ser difíciles, pero ellos las perciben como insuperables. Es entonces cuando surge el bloqueo y deciden no enfrentarse al miedo cayendo en el recurso trampa de la evitación. Cuando el miedo ha llegado a estos niveles, es muy difícil que la persona que lo sufre, pueda salir por sí sola, sin la ayuda de un terapeuta de sus limitaciones.
Yo tengo una manera ingenua de escribir el miedo. Lo veo como ese demonio del que nos hablaron cuando éramos niños en la catequesis de las parroquias, no se le ve, ni se le oye, es intangible pero, sin embargo puede invadir todo nuestro ser y llegar a decidir por nosotros. El miedo crece si nosotros sucumbimos a él y nuestras defensas menguan, por eso una vez que hayamos dado un paso atrás en hacerle frente, comienza a ganarnos terreno. es como si fuera un ENTE inteligente que nos conociera a la perfección. Sin embargo, si desde la primera ocasión de pánico que suframos, nos mantenemos firmes, el miedo dará un paso atrás y nuestras defensas emocionales, habrás ganado la batalla y quedarás fortalecidas para otro momento que sintamos miedo.
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