¡Soledad! Esa palabra que sólo con oirla nos produce desasosiego, no es otra cosa que una idea preconcebida que hemos interiorizado como consecuencia de una etiqueta arraigada en la sociedad, La misma que nos ha hecho pensar que la soledad o la ausencia de compañía física de manera regularizada, es un caballo del apocalipsis, que nos aniquila y nos destruye sin remisión. Sin embargo, estos patrones mentales tan negativos que llevamos gravados sobre la soledad, son un error que nos ha hecho sufrir inútilmente. Lo cierto es que la soledad, cuando la interiorizamos y la admitimos en nuestra vida, puede convertirse en una herramienta muy productiva para nuestro crecimiento personal. Lo que no excluye que manejarse bien emocionalmente con la soledad, sobre todo si carecemos de esa experiencia, resulte sencillo; como todo cambio se necesita un tiempo de adaptación, en el que pasamos por diferentes estados de ánimo, algunos poco agradables. El crecimiento personal, es un desarrollo
La salud y la enfermedad, están separadas por una linea muy delgada que, hay que procurar no traspasar. Nuestro cuerpo necesita estar en sintonía con la mente. Eso se consigue cuando nuestra vida, transcurre en un entorno de armonía y equilibrio . . .