¡Soledad! Esa palabra que sólo con oirla nos produce desasosiego, no es otra cosa que una idea preconcebida que hemos interiorizado como consecuencia de una etiqueta arraigada en la sociedad, La misma que nos ha hecho pensar que la soledad o la ausencia de compañía física de manera regularizada, es un caballo del apocalipsis, que nos aniquila y nos destruye sin remisión. Sin embargo, estos patrones mentales tan negativos que llevamos gravados sobre la soledad, son un error que nos ha hecho sufrir inútilmente.
Lo cierto es que la soledad, cuando la interiorizamos y la admitimos en nuestra vida, puede convertirse en una herramienta muy productiva para nuestro crecimiento personal.
Lo que no excluye que manejarse bien emocionalmente con la soledad, sobre todo si carecemos de esa experiencia, resulte sencillo; como todo cambio se necesita un tiempo de adaptación, en el que pasamos por diferentes estados de ánimo, algunos poco agradables.
El crecimiento personal, es un desarrollo interior de la persona que precisa de nuevas vivencias y cambios constantes. Así como la vida es un flujo en movimiento constante, ninguna cosa que exista es inmutable a estos cambios.
Si nuestra vida esta sometida a ese flujo de cambios constante, es un error que no aferremos a lo conocido, pues queramos o no, vamos a tener que pasar por esas etapas evolutivas que la vida, antes o después, nos pondrá en el camino.
Nadie nos puede asegurar que el entorno en el que vivimos, vaya a ser siempre el mismo, ni que las personas que queremos estén siempre a nuestro lado, desde niños hemos dejado atrás cosas que queríamos, para adaptarnos a otras que iban entrando en nuestra vida a medida que íbamos creciendo. A medida que el camino se alarga, más "cosas" vamos dejando atrá. Nuestros padres envejecen y mueren, nuestros hijos se hacen mayores y se independizan ni siquiera tenemos segura la compañía constante de una pareja a nuestro lado y para siempre. . . Lo que significa, que un día sin desearlo, nos encontraremos frente a frente con esa soledad, que tanto temimos y rehusamos con todos los medios posibles.
Esta evidencia evolutiva, no resulta fácil de superar a nadie, sobre todo cuando se trata de la pérdida de algún ser querido, aunque sea la de un padre anciano. Sin embargo, aquellas personas que han tenido una vida menos estática o anclada al mismo lugar y personas, les resultará más fácil adaptarse al nuevo cambio y es que, ¡Flexibilidad es vida, rigidez es sufrimiento!
En mi último libro, LA SALUD NO ES COSA DE DIOS. Hago referencia a los prejuicios que la sociedad ha creado entorno a la soledad y a aprender a convertirla en algo positivo, cambiando ese concepto que nos han creado sobre la temida SOLEDAD.
Los dos lados de la moneda.
Las monedas tiene dos lados, cara y cruz, la vida tiene su Yin-Yang. nada existe que no se complemente con ambos polos o fuerzas, positiva y negativa, en cada uno de nosotros está la habilidad y maestría de fijarnos en lo positivo que tenemos en la vida y convertirlo en algo de provecho para el crecimiento personal, en vez de pasarnos el tiempo en lamentarnos en lo solos que estamos.
No se deje llevar por los tópicos.
¿Cuándo es más libre de disponer de su tiempo, cuando está sola o cuando tiene que compartirlo con otros?
¿Cuándo es más libre de tomar decisiones, cuando lo hace por sí mismo o cuando tiene que contar con la opinión de otras personas?
¿Cuántas veces ha tenido que renunciar a hacer cosas que le gustaría hacer, por temor a que otros no estuvieran de acuerdo?
A estos ejemplos podríamos añadir una lista muy larga de renuncias que se cobran como precio el estar "acompañado" Pero claro, como todos dicen que la soledad es tan mala, cualquier cosa antes que vivir esa situación tan "triste" y la que todo el mundo rechaza.
Lo que nadie nos ha dicho.
Si todas las monedas tienen dos lados, la soledad es es como una moneda que también los tiene. Uno es la Soledad y el otro la libertad, ambos son equivalentes en proporción y se corresponden como vasos comunicantes; sería imposible alcanzar cotas altas de libertad, sin tener que aceptar la parte de soledad que corresponde a la autonomía de poder tomar decisiones sin tener que contar con otras opiniones: GOZO DE MI LIBERTAD Y ACEPTO LA PARTE DE SOLEDAD QUE CORRESPONDE A ESTE PRIVILEGIO. Tomar esta aptitud es un signo de coherencia y madurez, es algo maravillo en en el camino evolutivo de las personas.
El crecimiento personal, es un desarrollo interior de la persona que precisa de nuevas vivencias y cambios constantes. Así como la vida es un flujo en movimiento constante, ninguna cosa que exista es inmutable a estos cambios.
Si nuestra vida esta sometida a ese flujo de cambios constante, es un error que no aferremos a lo conocido, pues queramos o no, vamos a tener que pasar por esas etapas evolutivas que la vida, antes o después, nos pondrá en el camino.
Nadie nos puede asegurar que el entorno en el que vivimos, vaya a ser siempre el mismo, ni que las personas que queremos estén siempre a nuestro lado, desde niños hemos dejado atrás cosas que queríamos, para adaptarnos a otras que iban entrando en nuestra vida a medida que íbamos creciendo. A medida que el camino se alarga, más "cosas" vamos dejando atrá. Nuestros padres envejecen y mueren, nuestros hijos se hacen mayores y se independizan ni siquiera tenemos segura la compañía constante de una pareja a nuestro lado y para siempre. . . Lo que significa, que un día sin desearlo, nos encontraremos frente a frente con esa soledad, que tanto temimos y rehusamos con todos los medios posibles.
Esta evidencia evolutiva, no resulta fácil de superar a nadie, sobre todo cuando se trata de la pérdida de algún ser querido, aunque sea la de un padre anciano. Sin embargo, aquellas personas que han tenido una vida menos estática o anclada al mismo lugar y personas, les resultará más fácil adaptarse al nuevo cambio y es que, ¡Flexibilidad es vida, rigidez es sufrimiento!
En mi último libro, LA SALUD NO ES COSA DE DIOS. Hago referencia a los prejuicios que la sociedad ha creado entorno a la soledad y a aprender a convertirla en algo positivo, cambiando ese concepto que nos han creado sobre la temida SOLEDAD.
Los dos lados de la moneda.
Las monedas tiene dos lados, cara y cruz, la vida tiene su Yin-Yang. nada existe que no se complemente con ambos polos o fuerzas, positiva y negativa, en cada uno de nosotros está la habilidad y maestría de fijarnos en lo positivo que tenemos en la vida y convertirlo en algo de provecho para el crecimiento personal, en vez de pasarnos el tiempo en lamentarnos en lo solos que estamos.
No se deje llevar por los tópicos.
¿Cuándo es más libre de disponer de su tiempo, cuando está sola o cuando tiene que compartirlo con otros?
¿Cuándo es más libre de tomar decisiones, cuando lo hace por sí mismo o cuando tiene que contar con la opinión de otras personas?
¿Cuántas veces ha tenido que renunciar a hacer cosas que le gustaría hacer, por temor a que otros no estuvieran de acuerdo?
A estos ejemplos podríamos añadir una lista muy larga de renuncias que se cobran como precio el estar "acompañado" Pero claro, como todos dicen que la soledad es tan mala, cualquier cosa antes que vivir esa situación tan "triste" y la que todo el mundo rechaza.
Lo que nadie nos ha dicho.
Si todas las monedas tienen dos lados, la soledad es es como una moneda que también los tiene. Uno es la Soledad y el otro la libertad, ambos son equivalentes en proporción y se corresponden como vasos comunicantes; sería imposible alcanzar cotas altas de libertad, sin tener que aceptar la parte de soledad que corresponde a la autonomía de poder tomar decisiones sin tener que contar con otras opiniones: GOZO DE MI LIBERTAD Y ACEPTO LA PARTE DE SOLEDAD QUE CORRESPONDE A ESTE PRIVILEGIO. Tomar esta aptitud es un signo de coherencia y madurez, es algo maravillo en en el camino evolutivo de las personas.