Colores para una crisis
Cuando atravesamos una época de crisis, sea de la índole que sea. Puede ser afectiva, económica o quizá un punto de inflexión que surge de la propia evolución personal; solemos comportarnos de manera parecida a como lo hacemos en un día lluvioso y gris.
Nos levantamos, miramos a través de la ventana y al contemplar la luz tenue del ambiente y las gotas de agua que salpican los cristales, sentimos que nuestro ánimo ha bajado de intensidad y tal vez nuestras energías también. Es como si esas mismas energías se replegaran al interior, donde se originaron en el descanso nocturno
Las actividades que teníamos programadas, se nos hacen excesivas y poco atractivas, vemos montañas donde antes veíamos llanura y si nos es posible, cancelamos todo lo que no sea imprescindible. En definitiva, nos apetece más quedarnos en casa que salir a la calle a que relacionarnos con la gente.
Y es que somos conscientes de la influencia que ejerce en nosotros la climatología y sus variantes; Luz, temperatura, humedad, presión atmosférica . . . Pero como sabemos que nada de eso podemos cambiar, capeamos como podemos el temporal hasta que escampe y salga de nuevo el sol y nos aporte esa energía que necesitamos, para volver a sentir que nuestro ánimo se viene arriba.
Por desgracia, acostumbrados a buscar soluciones en el exterior, basadas en la tecnología y en la ciencia, nos hemos olvidado de remedios y terapias naturales, sencillas e inocuas que afortunadamente comienzan a resurgir en los hábitos saludables que la gente va integrando en sus comportamientos.
Me refiero en este caso a algo tan sencillo y saludable, como conocer los beneficios que reportan la MUSICOPTERAPIA, AROMOTERAPIA,CROMOTERAPIA . . . Precisamente de esta última quiero hablarles y reseñarles la influencia que ejerce en nuestro estado de ánimo y por consiguiente en nuestra salud.
La influencia que los colores ejercen en las emociones, son conocidos desde hace tiempo, y han sido utilizados en diferentes ámbitos. Un ejemplo de ello es cómo lo llevan a término los políticos, que sabiendo de ello, cuidan meticulosamente su atuendo en actos relevantes. Sus asesores de imagen son expertos en esto y les aconsejan los diferentes colores de su atuendo, dependiendo de lo que deseen transmitir.
Se dijo en su momento, que el presidente Kennedy cuando iba a comparecer en un acto de relevancia en el que pretendía ejercer gran influencia, solía vestir corbatas con motivos rojos. Seguramente sus asesores conocían la influencia que ejerce el color rojo en la proyección de la imagen.
Sabemos que los colores son vibraciones de onda, que penetran en nuestros ojos a través del cristalino, proyectándose a través del nervio óptico, llegando a las células del cerebro: Cada color trasmite diferente frecuencia, y cada color afecta de diferente manera a la psiqui y por ende al comportamiento de la persona.
No es lo mismo, llevar un color rojo, que si nos ponemos algo azul. El color rojo, carga de energía, facilita la actividad física y mental, resalta la personalidad, en cambio el color azul, produce sensación de paz, facilita la relajación.
Si conociéramos y empleáramos bien estas sutiles influencias, podríamos ayudarnos en esos momentos de bajón de ánimo que todos sentimos en algunos momentos, en especial en eso días grises y lluviosos, en los que, nunca mejor dicho, el color se borró de nuestro entorno.
Con frecuencia, en nuestro vivir cotidiano, al abrir el armario para elegir la ropa que vamos a ponernos, no somos conscientes de que somos influenciados por condicionantes externos ajenos a nuestra voluntad, pues el estado de ánimo se mimetiza con la tonalidad de la luz, la temperatura y otros agentes ambientales que nos rodean.
Es una pena, que por desconocimiento, no podamos ayudarnos de éstas prácticas naturales y sabias que ha ido perdiéndose en el tiempo.

Las actividades que teníamos programadas, se nos hacen excesivas y poco atractivas, vemos montañas donde antes veíamos llanura y si nos es posible, cancelamos todo lo que no sea imprescindible. En definitiva, nos apetece más quedarnos en casa que salir a la calle a que relacionarnos con la gente.
Y es que somos conscientes de la influencia que ejerce en nosotros la climatología y sus variantes; Luz, temperatura, humedad, presión atmosférica . . . Pero como sabemos que nada de eso podemos cambiar, capeamos como podemos el temporal hasta que escampe y salga de nuevo el sol y nos aporte esa energía que necesitamos, para volver a sentir que nuestro ánimo se viene arriba.
Por desgracia, acostumbrados a buscar soluciones en el exterior, basadas en la tecnología y en la ciencia, nos hemos olvidado de remedios y terapias naturales, sencillas e inocuas que afortunadamente comienzan a resurgir en los hábitos saludables que la gente va integrando en sus comportamientos.
Me refiero en este caso a algo tan sencillo y saludable, como conocer los beneficios que reportan la MUSICOPTERAPIA, AROMOTERAPIA,CROMOTERAPIA . . . Precisamente de esta última quiero hablarles y reseñarles la influencia que ejerce en nuestro estado de ánimo y por consiguiente en nuestra salud.
La influencia que los colores ejercen en las emociones, son conocidos desde hace tiempo, y han sido utilizados en diferentes ámbitos. Un ejemplo de ello es cómo lo llevan a término los políticos, que sabiendo de ello, cuidan meticulosamente su atuendo en actos relevantes. Sus asesores de imagen son expertos en esto y les aconsejan los diferentes colores de su atuendo, dependiendo de lo que deseen transmitir.
Se dijo en su momento, que el presidente Kennedy cuando iba a comparecer en un acto de relevancia en el que pretendía ejercer gran influencia, solía vestir corbatas con motivos rojos. Seguramente sus asesores conocían la influencia que ejerce el color rojo en la proyección de la imagen.
Sabemos que los colores son vibraciones de onda, que penetran en nuestros ojos a través del cristalino, proyectándose a través del nervio óptico, llegando a las células del cerebro: Cada color trasmite diferente frecuencia, y cada color afecta de diferente manera a la psiqui y por ende al comportamiento de la persona.
No es lo mismo, llevar un color rojo, que si nos ponemos algo azul. El color rojo, carga de energía, facilita la actividad física y mental, resalta la personalidad, en cambio el color azul, produce sensación de paz, facilita la relajación.
Si conociéramos y empleáramos bien estas sutiles influencias, podríamos ayudarnos en esos momentos de bajón de ánimo que todos sentimos en algunos momentos, en especial en eso días grises y lluviosos, en los que, nunca mejor dicho, el color se borró de nuestro entorno.
Con frecuencia, en nuestro vivir cotidiano, al abrir el armario para elegir la ropa que vamos a ponernos, no somos conscientes de que somos influenciados por condicionantes externos ajenos a nuestra voluntad, pues el estado de ánimo se mimetiza con la tonalidad de la luz, la temperatura y otros agentes ambientales que nos rodean.
Es una pena, que por desconocimiento, no podamos ayudarnos de éstas prácticas naturales y sabias que ha ido perdiéndose en el tiempo.
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